Para asentar las bases de lo que podría ser el futuro en el uso de las RRSS e Internet, debemos analizar las imperfecciones del modelo actual, sus deficiencias y limitaciones. Del escaparatismo y estatismo del modelo 1.0, en la Web 2.0 el usuario es capaz de interactuar con la página, de colaborar en su elaboración y, lo que es más importante, de determinar que quiere leer o qué no. Sin embargo, este último aspecto, la personalización, no está del todo desarrollado en la Web 2.0. El futuro apunta a una Web semántica capaz de interpretar con precisión la información deseada por el usuario, de establecer con fiabilidad una personalización minuciosa de manera que la información se brinde y se sirva al usuario en tiempo real para ser consumida.
Contenidos propios y de calidad reinarán y alimentarán la Web. La información, el contenido determinará el poder. La manera de transmitirlos será mucho más gráfica e interactiva. Se desarrollarán, también, herramientas capaces de organizar el caos cibernético y los periodistas se convertirán en el perfil idóneo que permita contextualizar, transmitir e interpretar toda esa corriente informativa que fluirá por un mundo cada más conectado y cuyas fronteras físicas acaben por difuminarse poco a poco. Esta tendencia a la segmentación y adaptación al usuario se extrapolará a la publicidad virtual, siendo mucho más eficaz, efectiva y rentable que ahora.
Se acabó el dominio de las .com. Redes sociales y Web se integrarán y complementarán perfectamente, siendo obligatoria la presencia en cada una de las plataformas existentes. Las conversaciones se multiplicarán y será habitual conversar con gente de otro país sin haberse visto nunca.
Los dispositivos para acceder a Internet podrían sufrir cambios importantes. La solidez y robustez que les caracterizan podrían sustituirse por la flexibilidad y adaptabilidad del grafeno, material más económico y resistente que los utilizados para fabricar los dispositivos actuales.
El ocio se integrará todavía más y será más interactivo. Agendas virtuales capaces de recordarte los eventos más importantes de mejor manera que una simple alarma (cambios de temperatura en tu residencia).
Internet podría modificar el orden empresarial
El comercio Online no se quedará atrás, posiblemente su evolución sea más llamativa. Actualmente, el 43% de los europeos compra ya en Internet, según Eurostat. Avatares virtuales con nuestras medidas físicas serían ideales para adquirir ropa y ver como nos sienta. Realizar la compra por la mañana de productos básicos (tales como alimentación) y que por la tarde ya la tengas en casa podrían ser actitudes más habituales que las que vienen siendo ahora. Identidades digitales oficiales podrían ser algo más que un producto de ciencia ficción permitiendo la compra con el único uso de la huella dactilar.
Las RRSS e Internet se convertirán en una ventana abierta a las PYMES que podrán hacer frente a la hegemonía de las grandes corporaciones. Los costes de promoción y distribución serían más baratos y estrategias de marketing más accesibles a todos, lo que les permitiría jugar al mismo nivel. La integración de las RRSS en las empresas podría conducir a importantes cambios a nivel funcional, como la fusión de departamentos para ofrecer un mejor servicio a través de la Red.
En términos generales, podríamos hablar de una mayor integración del mundo digital al mundo real, hasta tal punto que la reputación virtual de una marca o persona será más importante que su reputación en la vida real. Disponemos por tanto de un nuevo canal de comunicación que se integrará con los ya existentes para suplir las deficiencias y llegar hasta donde estos no llegaban.
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